Introducción
Los National Institutes of Health avalan
diversos ensayos clínicos sobre medicina complementaria y alternativa, que
incluye a la hipnosis. En esta revisión, el autor analiza el uso de la hipnosis
para trastornos -en principio- primariamente no psicológicos (por ejemplo
depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención y fobias), aunque para
muchas de estas patologías existen fundamentos potenciales de ese tipo. Su
intención es promover el interés y el conocimiento del arte y la ciencia de la
hipnosis. Los distintos estudios revisados se identificaron mediante una
búsqueda en la base de datos MEDLINE de los
artículos publicados entre 1966 y 2004. Se presentan los resultados de ensayos
controlados, artículos de revisión e informes de casos.
¿Qué es la hipnosis?
La hipnosis es la inducción de un estado mental en
el cual la naturaleza normalmente crítica o escéptica del individuo se anula y
posibilita la sugestión. Este estado de receptividad realzada de las
sugestiones (inducción) se logra con la cooperación del paciente y se mantiene
mediante sugestiones positivas. La hipnosis puede ser comparada con la
meditación, la que generalmente implica un "estado de quietud de la
mente". La hipnosis también se describe como un estado de
"concentración focal receptiva".
Breve historia de la hipnosis contemporánea
La hipnosis contemporánea empezó con Franz Antón
Mesmer, quien introdujo el magnetismo animal (hipnosis)
en Francia en 1778 y fue desacreditado por una comisión enviada por el rey Luis
XVI integrada, entre otros, por Benjamin Franklin. En el siglo XIX en el Reino
Unido, dos cirujanos llevaron a cabo cientos de procedimientos quirúrgicos y
utilizaron la hipnosis como anestésico, con tasas de morbilidad increíblemente
bajas para la época. La hipnosis del siglo XX se vio influenciada por técnicas
contrastantes de sugestión indirecta combinada con psicoanálisis y de sugestión
directa e inducción al estado de trance profundo mediante regresión a la
infancia.
¿La hipnosis es real?
Se utilizaron diversos métodos para determinar si
la hipnosis es un estadio separado y diferente del sueño o si el paciente sólo
cumple con las instrucciones del profesional. Algunos estudios con tomografía
con emisión de positrones (PET) demostraron que la hipnosis no es el simple
proceso de seguir instrucciones sino que implica modificaciones en las
percepciones cerebrales. Mediante la PET también se demostró que la mente
registra la alucinación hipnótica como si fuera real.
La hipnosis no actúa como un placebo. Algunos
estudios que la utilizaron como anestesia indican que -en lugar de experimentar
mayor tolerancia al dolor, acción típica del placebo (administración de una
sustancia farmacológicamente inerte)-, mediante la utilización de sus técnicas
en realidad el dolor no se percibe.
La hipnosis no es un estado de somnolencia y los
pacientes hipnotizados pueden experimentar una ansiedad considerable sin
abandonar el estado de trance. Generalmente se considera que la relajación es
parte de la hipnosis, pero esto no es necesariamente así.
Aceptación de la hipnosis en medicina
La aceptación de la hipnosis en medicina evolucionó
en forma lenta. En 1958, la American Medical Association publicó
un informe que indicaba que "podrían existir usos definidos y apropiados
de la hipnosis en la práctica médica y odontológica". En 1961, la American Psychiatric Association reconoció que
"la hipnosis tiene aplicaciones definidas en varios campos de la
medicina" y que los médicos debían acudir a los especialistas en
psiquiatría para recibir educación en este aspecto.
La hipnosis en diversas áreas de la medicina
Alergia. Diversos estudios demostraron la efectividad
de las técnicas de hipnosis en este complejo proceso que implica la
participación de inmunoglobulina E, la activación de mastocitos y basófilos y
la liberación de los mediadores químicos de la inflamación y la respuesta
inmune. Algunos estudios iniciales sugerían que diversos cuadros alérgicos
podrían tener bases emocionales y, por lo tanto, tratarse mediante hipnosis.
Estudios ulteriores demostraron que la hipnosis podría modificar la respuesta
orgánica a diversos estímulos.
Anestesia y alivio del dolor. El
mecanismo de la analgesia mediada por hipnosis parece diferir del efecto
placebo, y de la síntesis inducida por endorfinas (opiáceos endógenos) y por
acupuntura. Se realizó un estudio sobre pacientes con cefalea y cervicalgia,
que servían como sus propios controles, antes y después de un tratamiento con
hipnosis o acupuntura. Si bien ambos fueron efectivos para aliviar el malestar,
los pacientes en que se postulaba un origen psicológico del dolor obtuvieron
mejores resultados con la hipnosis; mientras que aquellos que eran aprensivos a
estas técnicas, mostraron menores respuestas.
Los pacientes adultos con dolor intenso en la
articulación témporomandibular, sugestionados para relajar su mandíbula,
mostraron una reducción significativa del dolor.
Dermatología.
En estudios sobre el tratamiento de las verrugas se
comprobó que la hipnosis reducía el dolor y la aparición de cicatrices
exuberantes, las reacciones adversas a los anestésicos y las necesidades de un
equipamiento especial. La técnica podría ser muy valiosa para las verrugas de
áreas sensibles o inaccesibles.
La hipnosis también resultó exitosa en el
tratamiento de otros trastornos dermatológicos; por ejemplo, los pacientes con
dermatitis atópica notaron alivio del prurito, los trastornos del sueño y el
estrés.
Gastroenterología. En un
ensayo en que los pacientes con colon irritable fueron adjudicados en forma
aleatoria a recibir psicoterapia o hipnosis, los primeros demostraron una
pequeña pero significativa mejoría en algunas características, pero todos los
pacientes del grupo de la hipnosis experimentaron una mejoría significativa en
el estado general, los hábitos intestinales y los síntomas de distensión y de
dolor. Estos resultados positivos fueron confirmados por otros ensayos.
Curación de lesiones. Un
estudio piloto sobre pacientes con fracturas de tobillo no desplazadas mostró
una curación más rápida, menor dolor, mayor movilidad y mejor función.
Hematología. Un centro médico comunicó
resultados favorables en pacientes hemofílicos, con una disminución en su
requerimiento de transfusiones de factores de coagulación, en comparación con
los controles.
Neurología. La hipnosis se empleó de
manera exitosa en el tratamiento de la cefalea. En algunos estudios, la
autohipnosis produjo mejorías significativas en la cefalea tensional y se
obtuvieron resultados similares en niños con migraña.
Obesidad. Los estudios sobre la
hipnosis para el tratamiento único de la obesidad muestran resultados variables
y un éxito limitado. La hipnosis sería de ayuda en el marco de un programa que
incluyera motivación, consejos dietéticos y apoyo de los pares.
Obstetricia. Como lo demuestran distintos
estudios, la hipnosis como anestésico durante el parto tiene antecedentes
extensos y exitosos. En uno de los estudios, las pacientes refirieron menos
incomodidad y un trabajo de parto más corto. Otros hallazgos positivos fueron
el menor requerimiento de anestesia, la analgesia posparto y el menor índice de
neonatos en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Oncología. En niños que recibían
quimioterapia se demostró que la implementación de hipnosis se asociaba con
menor incidencia de náuseas y vómitos, en comparación con el grupo control. Los
pacientes con trasplante de médula ósea experimentaron una reducción
significativa del dolor oral. Los pacientes con metástasis por cáncer de mama
obtuvieron beneficios de la autohipnosis.
Aparato respiratorio. Un gran
estudio multicéntrico mostró un descenso significativo de fracaso terapéutico
en los pacientes asmáticos entrenados para la autohipnosis. Numerosos estudios
comunicaron técnicas diversas y resultados dispares de la hipnosis para
abandonar el tabaquismo. Una revisión del año 2000 concluyó que la hipnosis era
sólo "posiblemente eficaz".
Reumatología. Algunos pacientes con
fibromialgia refractaria asignados a la implementación de hipnosis obtuvieron
beneficios significativos en la fatiga matinal, el dolor muscular y el estado
en general.
Cirugía. El autor enfatiza que el personal asistencial
de quirófano debería tener presente que los pacientes bajo anestesia tienen
percepción auditiva inconsciente y tienden a interpretar los comentarios en
forma negativa. En tal instancia, debería promoverse un ambiente positivo.
Urología. Una revisión reciente
demuestra la eficacia de la hipnosis en el tratamiento de la disfunción sexual
no orgánica y, en tal oportunidad, en la exploración de conflictos
psicológicos.
Conclusión
La aceptación de la hipnosis como modalidad
terapéutica es resultado del trabajo cuidadoso y metódico de muchos pioneros.
Mediante un mayor conocimiento y una mayor aceptación de las técnicas, puede
inspirarse más investigación y entrenamiento en pos del perfeccionamiento de
las técnicas y de nuevas áreas potenciales de beneficio.
Referencia:
Stewart JH. (Abr 2005). La
Hipnosis en la Medicina Contemporánea. Agosto 2015, de BAGO Ética al servicio
de la salud Sitio web: http://www.bago.com/BagoArg/Biblio/clmedweb519.htm