DERECHOS DE LOS ENFERMOS Y CUIDADORES
Wilson Astudillo A. y Carmen Mendinueta A.
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NECESIDADES DE LOS CUIDADORES DEL PACIENTE CRÓNICO
II. DERECHOS DE LOS ENFERMOS TERMINALES
III. DERECHOS DE LOS CUIDADORES
IV. DERECHOS DE LOS NIÑOS CON CONDICIONES QUE PONGAN EN PELIGRO SUS VIDAS Y QUE AFECTEN A SUS FAMILIAS
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• Tengo derecho a ser tratado como un ser humano vivo hasta el momento de mi muerte.
• Tengo derecho a ser cuidado por personas capaces de man- tener una sensación de optimismo, por mucho que varíe mi situación.
• Tengo derecho a expresar mis sentimientos y emociones sobre mi forma de enfocar la muerte.
• Tengo derecho a participar en las decisiones que incumben a mis cuidados.
• Tengo derecho a esperar una atención médica y de enferme- ría continuada, aun cuando los objetivos de “curación” deban transformarse en objetivos de “bienestar”.
• Tengo derecho a no morir solo.
• Tengo derecho a no experimentar dolor.
• Tengo derecho a que mis preguntas sean respondidas con sinceridad.
• Tengo derecho a no ser engañado.
• Tengo derecho a disponer de ayuda de y para mi familia a la hora de aceptar mi muerte.
• Tengo derecho a morir en paz y dignidad
. • Tengo derecho a mantener mi individualidad y a no ser juzgado por decisiones mías que pudieran ser contrarias a las creencias de otros.
• Tengo derecho a discutir y acrecentar mis experiencias religiosas y/o espirituales, cualquiera que sea la opinión de los demás.
• Tengo derecho a esperar que la inviolabilidad del cuerpo humano sea respetada tras mi muerte.
• Tengo derecho a ser cuidado por personas solícitas, sensibles y entendidas que intenten comprender mis necesidades y sean capaces de obtener satisfacción del hecho de ayudarme a afrontar mi muerte.
III. DERECHOS DE LOS NIÑOS CON CONDICIONES QUE PONGAN EN PELIGRO SUS VIDAS Y QUE AFECTEN A SUS FAMILIAS
1. Todo niño deberá ser tratado con dignidad, respeto y privacidad cualquiera que sean sus capacidades físicas o intelectuales.
2. Los padres deberán ser considerados como los cuidadores principales y deberán participar centralmente como colaboradores en todo cuidado y decisiones que afecten a su hijo.
3. A todo niño deberá darse la oportunidad de participar en las decisiones que afectan a su cuidado, de acuerdo a su edad y comprensión.
4. Toda familia deberá tener la oportunidad de hacer una consulta con un pediatra especializado con un conocimiento particular de la condición del niño.
5. La información será dada a los padres y a los niños y hermanos de acuerdo a su edad y comprensión. Las necesidades de otros familiares también serán reconocidas.
6. Un abordaje honesto y abierto deberá ser la base de toda la comunicación, que será sensible y apropiada a la edad y comprensión.
7. El hogar familiar deberá ser el centro de atenciones todo el tiempo que sea posible. Todo otro cuidado deberá ser proporcionado por un pediatra entrenado en un ambiente centrado en el niño.
8. Todo niño deberá tener acceso a la educación. Se harán esfuerzos para permitir al niño continuar con otras actividades de la infancia.
9. Toda familia deberá ser asistida por un trabajador social que le facilitará construir y mantener un sistema apropiado de apoyo.
10.Toda familia deberá tener acceso a cuidados de respiro en su propia casa y en un ambiente de hogar con un apoyo médico apropiado.
11.Toda familia deberá tener acceso a apoyo de enfermería pediátrica en casa cuando lo requiera. 12.Toda familia deberá tener acceso a un consejo experto y sensible sobre otras ayudas prácticas y de tipo financiero. 13.Toda familia deberá tener acceso a ayuda doméstica en tiempos de estrés. 14.El apoyo en el duelo deberá ser ofrecido a toda la familia y estará disponible por tanto tiempo se requiera.
IV. DERECHOS DE LOS CUIDADORES.
• El derecho a dedicar tiempo y actividades a nosotros mismos sin sentimientos de culpa.
• El derecho a experimentar sentimientos negativos por ver al enfermo o estar perdiendo a un ser querido.
• El derecho a resolver por nosotros mismos aquello que seamos capaces y el derecho a preguntar sobre aquello que no comprendamos.
• El derecho a buscar soluciones que se ajusten razonablemente a nuestras necesidades y a las de nuestros seres queridos.
• El derecho a ser tratados con respeto por aquellos a quienes solicitamos consejo y ayuda.
• El derecho a cometer errores y ser disculpados por ello.
• El derecho a ser reconocidos como miembros valiosos y fundamentales de nuestra familia, incluso cuando nuestros puntos de vista sean distintos.
• El derecho a querernos a nosotros mismos y a admitir que hacemos lo que es humanamente posible. • El derecho a aprender y a disponer del tiempo necesario para ello.
• El derecho a admitir y expresar sentimientos, tanto positivos como negativos.
• El derecho a “decir no” ante demandas excesivas, inapropiadas o poco realistas.
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