lunes, 9 de diciembre de 2013

“Deberíamos aspirar a que nadie muera con dolor, ni solo, ni con miedo”, Enric Benito.     (29 de abril 2013)

El doctor Enric Benito intervino en el Postgrado el pasado 27 de abril. Les dejamos su interesante reflexión sobre “La espiritualidad en Cuidados Paliativos”

Los cuidados paliativos se definen por la OMS  como: “El enfoque que mejora la calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a los problemas asociados con enfermedades amenazantes para la vida, a través de la prevención y alivio del sufrimiento por medio de la identificación temprana e impecable evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas, físicos, psicológicos y espirituales”.El modelo biomédico que predomina en la atención sanitaria en general, e impregna también los cuidados paliativos, se ha centrado fundamentalmente en los aspectos orgánicos de la enfermedad y solo recientemente está apareciendo un interés creciente por explorar y atender las dimensiones subjetivas del proceso de enfermar y de morir.

Los que trabajamos en el entorno de los cuidados paliativos sabemos que el proceso que atendemos tiene una parte abordable desde el modelo biomédico aprendido en la facultad de medicina o en la escuela de enfermería  – todo lo relacionado con el control de síntomas y los aspectos somáticos de la enfermedad- el problema surge debido a que una parte del proceso y de la experiencia del paciente no responde a este enfoque, ahí es donde se da el sufrimiento y de donde surge la necesidad en entender y atender la dimensión más profunda de cada enfermo, su dimensión espiritual.

Hace años Cicely Saunders acuñó el concepto de “dolor total” para hablar del sufrimiento que afecta además de la dimensión orgánica o física del paciente a su dimensión social, psíquica y espiritual.

El “dolor total” o sufrimiento, tiene aspectos que no pueden ser tratados y aliviados con los fármacos habituales. El dolor y el sufrimiento nos demandan aproximaciones e intervenciones completamente diferentes. El cambio más importante es descubrir que ante el sufrimiento no hay que actuar, no es algo que podamos resolver con un tratamiento, no responde a la categoría de los problemas.

Otro aspecto del modelo que la mayoría compartimos y que marca mucho al colectivo profesional bloqueando en parte nuestra posibilidad de ayuda, es la visión que tenemos del enfermo como persona que en estos momentos nos aparece con su fragilidad, su dependencia, sus limitaciones y nos hace ver únicamente al paciente como alguien pasivo receptor de cuidados, a veces aun desde un cierto paternalismo, fácilmente nos olvidamos que estamos ante una persona que además de sus limitaciones y necesidades dispone de sus recursos y potencialidades. Así la mayoría de tratados hablan de necesidades (físicas, sociales, psicológicas, espirituales ) de los enfermos, desde un modelo y una visión un tanto paternalista o de poder, en la que se asume que el que está sano debe cuidar al necesitado, esta visión además de irreal es incompleta y poco terapéutica, en la medida que no valora la potencialidad los recursos y la capacidad del propio paciente de trascender su estado y hacer un proceso, que hace desde su interior y conocemos como sanación.

En nuestro entorno debemos planteamos tratar a una persona en todas sus dimensiones desde una perspectiva integral, a una persona que reconocemos que se enfrenta en un proceso que se caracteriza por la fragilidad, dependencia e incertidumbre. Cuando dejamos de preocuparnos por su enfermedad y su curación, y cambiamos nuestros objetivos terapéuticos, empezaremos por hacer un buen control de síntomas, aunque  esto no es más que el principio de nuestro trabajo y el equipo que solo aspire a un buen control de síntomas, esta solo arañando la superficie del problema. A lo que debemos aspirar,  no es solamente al control de síntomas ni siquiera al confort del paciente, que es un objetivo loable pero limitado, sino a facilitar las condiciones para que el máximo de personas puedan cerrar bien el proceso de haber vivido y que lo hagan  con confort, serenidad, y confianza, es decir deberíamos aspirar a que nadie muera con dolor, ni solo ni con miedo. Que este momento sea aprovechado para trabajar los aspectos que permitan la sanación de la persona. No debemos aspirar a menos.

Dr. Enric Benito, coordinador de la Estrategia Balear de Cuidados Paliativos y coordinador del Grupo de Espiritualidad de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL).

Ustedes ¿Qué opinan?


REFERENCIA

Benito, E. (2013). Enric Benito: "Deberíamos aspirar a que nadie muera con dolor, ni solo, ni con miedo". Obtenido de Especialista en Cuidados Paliativos.: http://www.posgradopaliativos.com/enric-benito-deberiamos-aspirar-a-que-nadie-muera-con-dolor-ni-solo-ni-con-miedo/

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