“Deberíamos aspirar a que nadie muera con dolor, ni solo, ni con miedo”, Enric Benito. (29 de abril 2013)
El doctor Enric Benito intervino
en el Postgrado el pasado 27 de abril. Les dejamos su interesante reflexión
sobre “La espiritualidad en Cuidados Paliativos”
Los cuidados paliativos se
definen por la OMS como: “El enfoque que
mejora la calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a los
problemas asociados con enfermedades amenazantes para la vida, a través de la
prevención y alivio del sufrimiento por medio de la identificación temprana e
impecable evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas, físicos,
psicológicos y espirituales”.El modelo biomédico que predomina en la atención
sanitaria en general, e impregna también los cuidados paliativos, se ha
centrado fundamentalmente en los aspectos orgánicos de la enfermedad y solo
recientemente está apareciendo un interés creciente por explorar y atender las
dimensiones subjetivas del proceso de enfermar y de morir.
Los que trabajamos en el entorno
de los cuidados paliativos sabemos que el proceso que atendemos tiene una parte
abordable desde el modelo biomédico aprendido en la facultad de medicina o en
la escuela de enfermería – todo lo
relacionado con el control de síntomas y los aspectos somáticos de la
enfermedad- el problema surge debido a que una parte del proceso y de la
experiencia del paciente no responde a este enfoque, ahí es donde se da el
sufrimiento y de donde surge la necesidad en entender y atender la dimensión
más profunda de cada enfermo, su dimensión espiritual.
Hace años Cicely Saunders acuñó
el concepto de “dolor total” para hablar del sufrimiento que afecta además de
la dimensión orgánica o física del paciente a su dimensión social, psíquica y
espiritual.
El “dolor total” o sufrimiento,
tiene aspectos que no pueden ser tratados y aliviados con los fármacos
habituales. El dolor y el sufrimiento nos demandan aproximaciones e
intervenciones completamente diferentes. El cambio más importante es descubrir
que ante el sufrimiento no hay que actuar, no es algo que podamos resolver con
un tratamiento, no responde a la categoría de los problemas.
Otro aspecto del modelo que la
mayoría compartimos y que marca mucho al colectivo profesional bloqueando en
parte nuestra posibilidad de ayuda, es la visión que tenemos del enfermo como
persona que en estos momentos nos aparece con su fragilidad, su dependencia,
sus limitaciones y nos hace ver únicamente al paciente como alguien pasivo
receptor de cuidados, a veces aun desde un cierto paternalismo, fácilmente nos
olvidamos que estamos ante una persona que además de sus limitaciones y
necesidades dispone de sus recursos y potencialidades. Así la mayoría de
tratados hablan de necesidades (físicas, sociales, psicológicas, espirituales )
de los enfermos, desde un modelo y una visión un tanto paternalista o de poder,
en la que se asume que el que está sano debe cuidar al necesitado, esta visión
además de irreal es incompleta y poco terapéutica, en la medida que no valora
la potencialidad los recursos y la capacidad del propio paciente de trascender
su estado y hacer un proceso, que hace desde su interior y conocemos como
sanación.
En nuestro entorno debemos
planteamos tratar a una persona en todas sus dimensiones desde una perspectiva
integral, a una persona que reconocemos que se enfrenta en un proceso que se
caracteriza por la fragilidad, dependencia e incertidumbre. Cuando dejamos de
preocuparnos por su enfermedad y su curación, y cambiamos nuestros objetivos
terapéuticos, empezaremos por hacer un buen control de síntomas, aunque esto no es más que el principio de nuestro
trabajo y el equipo que solo aspire a un buen control de síntomas, esta solo
arañando la superficie del problema. A lo que debemos aspirar, no es solamente al control de síntomas ni
siquiera al confort del paciente, que es un objetivo loable pero limitado, sino
a facilitar las condiciones para que el máximo de personas puedan cerrar bien
el proceso de haber vivido y que lo hagan
con confort, serenidad, y confianza, es decir deberíamos aspirar a que
nadie muera con dolor, ni solo ni con miedo. Que este momento sea aprovechado
para trabajar los aspectos que permitan la sanación de la persona. No debemos
aspirar a menos.
Dr. Enric Benito, coordinador de
la Estrategia Balear de Cuidados Paliativos y coordinador del Grupo de
Espiritualidad de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL).
Ustedes ¿Qué opinan?
REFERENCIA
Benito, E. (2013). Enric Benito:
"Deberíamos aspirar a que nadie muera con dolor, ni solo, ni con miedo".
Obtenido de Especialista en Cuidados Paliativos.:
http://www.posgradopaliativos.com/enric-benito-deberiamos-aspirar-a-que-nadie-muera-con-dolor-ni-solo-ni-con-miedo/
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