¿Qué es la osteoartrosis?
Actualmente la osteoartrosis es una enfermedad crónico degenerativa que tiene un gran impacto en los ancianos. Antes de los 50 años los hombres tienen una alta prevalencia de desarrollar dicha enfermedad, pero la prevalencia e incidencia es mucho más alta en las mujeres después de los 50 años. La osteoartrosis es la cuarta causa de morbilidad en la mujer mayor de 60 años y la octava en el hombre, a nivel mundial. En México desde 1990 se ha reconocido la osteoartrosis como una de las primeras causas de morbilidad en personas mayores de 60 años (Pavía, Larios & Briceño, 2005).
La osteoartrosis es una enfermedad sistémica, multifactorial, prevalente, progresiva e incurable. Se caracteriza por áreas focales de pérdida de cartílago en las articulaciones sinoviales. Los síntomas principales son dolor o artralgia, disminución progresiva de la función, deformidad articular y finalmente incapacidad funcional. Las articulaciones más frecuentemente afectadas son: rodilla, cadera, columna, manos, y pies (Pavía, Larios & Briceño, 2005).
Existen diversos factores que influyen en el origen de la osteoartrosis; los factores genéticos y los factores ambientales.
La importancia de los factores genéticos se resalta con la observación de que los nódulos de Heberden se heredan como un factor autosómico ligado al sexo. La osteoartrosis temprana se explica apoyada en este punto de vista, donde componentes mutantes de la matriz que disminuyen, por ejemplo, la elasticidad y tensión del cartílago, originan cambios en las propiedades biomecánicas de la articulación, apareciendo cambios degenerativos tempranos, sobretodo en las articulaciones que soportan peso. Probablemente la osteoartrosis sea poligénica, es decir, la interacción de varios genes contribuyen a la resistencia o susceptibilidad de la enfermedad. Muchos genes candidatos pueden ser identificados como predisponentes; un grupo de genes que codifican los componentes del cartílago, colágeno, proteoglicanos, proteína corporal y proteína de unión; otro grupo de genes asociados a displasias esqueléticas; así como también otros genes que codifican las enzimas y cofactores comprometidos en el metabolismo del condrocito, como los factores de crecimiento. La ocupación, el estilo de vida y el trauma articular son ejemplos de factores ambientales (Chávez, 1998).
La osteoartrosis generalmente sólo presenta signos y síntomas locales que se relacionan a anormalidades radiológicas características (osteofitos definidos), aunque esto no siempre ocurre en los estadíos tempranos de la enfermedad. Los signos y síntomas son dolor, tumefacción, rigidez, sinovitis, deformidad y crépitos articulares.El dolor en la enfermedad temprana aparece después del sobreuso articular y se alivia con el reposo; pero, más tarde, puede aparecer al mínimo movimiento o aún en el reposo nocturno. El origen del dolor no está en el cartílago, que es un tejido denervado, sino en otras estructuras intra y periarticulares (Chávez, 1998).
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Referencias
Pavía, E., Larios, MG., & Briceño, G. (2005). Manejo de la osteoartrosis en Medicina Familiar y Ortopedia, Mediagraphic, 7 (3), 93-98. Disponible en http://www.medigraphic.com/pdfs/medfam/amf-2005/amf053e.pdf
Chávez, J. (1998). De la enfermedad articular degenerativa a la osteoartrosis: avances en el conocimiento de su patogenesis y tratamiento, Revista Peruana de Reumatología, 4 (2). Disponible en http://sisbib.unmsm.edu.pe/Bvrevistas/reuma/v04_n2/enfermedadart.htm
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