martes, 11 de marzo de 2014

LA DIFÍCIL TAREA DE SER QUIEN SE ES....

Traducción es la clave de la terapia y del crecimiento personal.

No hay ser humano que esté libre de la angustia, o del dolor de la soledad. El proceso de crecimiento tiene que ver con asimilar proyecciones. Es decir, incorporar en nosotros mismos los que hemos desechado reconociendo como parte de nuestra experiencia aquello que hemos estado colocando fuera de nosotros mismos.

Las proyecciones frecuentemente corresponden a aquellos aspectos de la personalidad en el que nos sentimos criticados, culpables, avergonzados, etc.

Recuperar una proyección es derribar una barrera, incluir en nosotros mismos cosas que creíamos ajenas, abrimos a la comprensión y aceptación de todas nuestras diversas potencialidades, negativas y positivas, dignas de amor o de desprecio, y así llegar a tener una imagen relativamente exacta de todo aquello que es nuestro organismos psicofísico; es desplazar nuestras mugas (limitaciones), volver a cartografiarnos el alma, que los opuestos se unifiquen en un todo, para que al final, aunque no todos nuestros aspectos nos parezcan deseables, tal vez podamos encontrarnos en conjunto agradables.
En este sentido Carl Rogers señalaba:

He llegado a estimar cada pequeña manifestación de mí mismo. Y atesoro con cuidado mis mejores sentimientos, sean de rabia o de ternura, de vergüenza o de dolor, de ansiedad, de generosidad o de miedo (…). Presto atención a todas las ideas que se me ocurren, locas, creativas, buenas, triviales. Todas son parte de mí. Me agradan todos mis impulsos: apropiados, absurdos, sexuales, criminales”.


Nada puede cambiar mientras no ha sido aceptado; después podrá desplegarse y abrirse al movimiento natural hacia el cambio, que es propio de la vida.

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